- Fíjate en lo positivo.
- Las soluciones las tiene la persona.
- Ante todo: escucha.
- Cree en las potencialidades de la gente.
- Oriéntate hacia el futuro.
- Todos tenemos recursos, todos podemos cambiar.
- No tengas prisa.
- Si algo no funciona, cámbialo.
- Si algo funciona, sigue haciéndolo.
- Crea posibilidades.
- Las personas no te ocultan nada y si lo hacen, tienen todo el derecho a hacerlo.
- Crea una relación positiva con la persona.
- Se auténtico.
- El cambio no solo es posible, sino inevitable
- No interpretes, escucha.
- No tengas hipótesis, ni quieras confirmarlas con tus preguntas, limítate a descubrir las hipótesis de las personas.
- Mímate y cuídate, busca los aspectos positivos que hay en ti y poténcialos.
- La gente tiene todo el derecho a elegir, no elijas tú por ellos.
- Considera a las personas expertas, si son capaces de expresar y ampliar esto, estás ampliando sus recursos y su posibilidad de cambio.
- Mantén una relación de experto a experto.
- No busques conseguir tus propios objetivos, busca los de la persona (no sabemos cuando llegamos si no sabemos a dónde vamos) (nunca el viento es favorable si no se sabe a dónde se va).
- No diagnostiques, y si lo haces no pierdas de vista que las personas no son los problemas.
- Habla de soluciones y de futuro.
- Intenta que la gente se entusiasme y se emocione hablando de su futuro, eso crea esperanza, la variable más relacionada con el cambio.
- Si las personas no cambian, no busques resistencias, piensa cómo puedes ajustarte mejor para que colaboren contigo.
- No compliques las cosas, son más sencillas de lo que piensas
- No busques lo que no hay, puedes terminar encontrándolo.
- Escucha a las personas, son maravillosas, ponen todo lo que pueden para mejorar y te enseñan un montón.
- Somos conversadores: conversamos para el cambio.
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